domingo, 30 de marzo de 2014

QUISTES BUCALES

Quiste, es la cavidad patológica, revestida de epitelio, que contiene material líquido y semisólido, por ejemplo: moco, queratina o residuos celulares.
> Este está formado por tres estructuras bien definidas:
a) Una cavidad central o luz.
b)Un revestimiento epitelial que es diferente dependiendo del tipo, pudiendo ser plano estratificado queratinizado o no queratinizado, pseudoestraticado, cilíndrico o cuboidal.
c) Una cápsula o pared exterior, constituida por tejido conjuntivo que contiene vasos sanguíneos, revestimiento epitelial y luz.


1. Quistes Odontógenos:

Quistes derivados de los restos de Malassez.

  • Quiste periapical.

Llamado también quiste radicular o quiste periodontal apical. Quiste de origen inflamatorio derivado de los restos de Malassez, que proliferan en respuesta a la inflamación desencadenada por la infección bacteriana de la pulpa o en respuesta directa al tejido pulpar necrótico, ya que la inflamación aparece en el ápice de la raíz de un diente erupcionado cuya pulpa está debilitada por caries o traumatismo dental. Las células epiteliales internas se necrosan y dan lugar a una cavidad central o luz. Posteriormente se establece un gradiente osmótico a través de la membrana que separa los líquidos del tejido conjuntivo del tejido necrótico del quiste recién formado; aumentando el volumen dentro de la luz por lo que el quiste crece de tamaño. Este tipo de quiste es el más frecuente en la cavidad oral.
 http://www.iztacala.unam.mx/rrivas/imagenes/patologiaperiapical/quiste6-4.jpg

Clinica: menor a 1 cm de diametro, mas frecuente en dientes anteriores.

Tratamiento: Dichos quistes se tratan mediante enucleación tras la extirpación o el tratamiento endodóncico del diente responsable, asegurándose de que al extirpar el diente se extirpe también el quiste ya que puede conducir a su persistencia y crecimiento nuevamente.

Quistes derivados del epitelio reducido del esmalte:

  • Quiste dentigero.

Es aquel quiste odontogénico que rodea la corona de un diente no erupcionado; se debe a acumulación de líquido entre el epitelio reducido del esmalte y la superficie del esmalte, originándose un quiste que en su luz está situada la corona mientras la raíz o raíces permanecen por fuera. Este quiste generalmente se presenta en terceros molares inferiores o superiores o con caninos superiores no erupcionados.
Clínica: suele ser asintomático, pero también puede presentar alguna tumefacción o dolor especialmente si está inflamado. Puesto que el quiste dentígero se forma alrededor de la corona de un diente incluido, la arcada presentará al menos la ausencia de un diente. Los quistes son diagnosticados mediante radiografía, presentándose como imágenes radiolúcidas bien circunscritas que rodean la corona de un diente impactado.




  • Quiste de erupción.

Es aquel quiste odontógeno con características de un quiste dentígero que se desarrolla en el tejido blando que rodea la corona de un diente en erupción y que se presenta clínicamente como una masa blanda fluctuante sobre la cresta alveolar. La masticación inducirá, a veces, hemorragia en un quiste de erupción, originando con ello un hematoma de erupción. El quiste deriva del epitelio reducido del esmalte, y sus rasgos histológicos son iguales a los del quiste dentígero.

La mayoría de dichos quistes no requieren tratarse porque se rompen espontáneamente y acaban siendo exteriorizados debido a la masticación normal. Los quistes de erupción que no evolucionan espontáneamente, la corona del diente afectado puede exponerse quirúrgicamente, tratando el quiste y dejando, de forma simultánea que el diente afectado haga erupción.

Quistes derivados de la lámina dental (restos de Serres):

  • Queratoquiste odontógeno.

Es un quiste derivado de los restos de la lámina dental, con un comportamiento biológico parecido al de una neoplasia benigna. La pared muestra un revestimiento epitelial característico de seis a diez células de espesor y una capa basal de células en empalizada junto con una superficie paraqueratinizada ondulada. Puede aparecer en cualquier localización de los maxilares, aunque cerca de dos tercios de los casos de estos quistes se localizan en la mandíbula.

El QQO posee un notable potencial de crecimiento, mayor que el de los otros quistes odontógenos, pudiendo alcanzar un gran tamaño, seguido de una destrucción ósea masiva. La mayoría de los QQO son lesiones intraóseas, pero en escasas ocasiones pueden ser lesiones extraóseas, encontrándose por tanto dentro de los tejidos blandos gingivales. Estos QQO extraóseos raros se llaman QQO periféricos.
Clínica: Los QQO afectan a pacientes de todas las edades, pero mayormente a personas con edades comprendidas entre la segunda y tercera décadas. Si se presentan QQO múltiples en un mismo paciente constituye uno de los rasgos constantes del síndrome névico de células basales (Síndrome de Gorlin-Goltz).
Las características relevantes de este síndrome, además del QQO múltiple, son las costillas bífidas y carcinoma névico basocelular, la calcificación de la hoz del cerebro, quistes epidermoides pequeños múltiples en la piel(miliares) metacarpianos acortados y meduloblastoma (una neoplasia del SNC).
Radiología: Ante una radiografía el QQO presenta el aspecto de una lesión solitaria bien definida con márgenes lisos o festoneados, o de una imagen radiolúcida multilocular o poliquística, que muestra un borde cortical delgado. Si el quiste está inflamado o ha perforado el hueso su visualización será muy difícil.
Histopatología: Los QQO se caracterizan por tener: a) un revestimiento delgado y uniforme de epitelio escamoso paraqueratinizado (de 6 a 10 células de espesor); b) una capa en empalizada de células basales prismáticas o cuboidales; c) una capa de paraqueratina ondulada en la superficie luminar, y d) no posee papilas. Existe una separación entre el revestimiento epitelial y el tejido conjuntivo adyacente por lo que éste se encuentra libre de inflamación.

Tratamiento: El tratamiento de los QQO es la enucleación quirúrgica. Si se ha producido una perforación extensa de la mandíbula en algunos casos se ha empleado a veces la resección quirúrgica. Actualmente también se practica la marsupialización de lesiones muy graves con el de reducir el tamaño del quiste antes de la intervención quirúrgica. Además se debe informar al paciente que puede ser necesaria alguna intervención más, por cuanto pueden existir recurrencias clínicamente evidentes en los primeros cinco años después del tratamiento. Por tanto es conveniente el seguimiento quístico del lecho quirúrgico; tales individuos deben evaluarse para determinar si la resección fue completa y para constatar la presencia de nuevos queratocitos y síndrome de carcinoma de células basales nevoides.


  • Quiste periodontal lateral.
Son lesiones quísticas odontogénicas del desarrollo intraóseo situadas lateralmente a la raíz de un diente erupcionado, de crecimiento lento y no expansivo, que deriva de uno más restos de la lámina dental y que contiene un revestimiento de una a tres células cuboidales y engrosamientos o placas focales características.
Representan menos del 1% y pueden aparecer en cualquier edad con un máximo entre los 40 y 70 años sin predilección racial o social. Aproximadamente el 70% de ellos afecta a la mandíbula, predominantemente en la región premolar y canina.
Clínica: se desarrolla habitualmente como una lesión solitaria.
Radiología: se lo observa como una imagen radiolúcida unilocular, pequeña y bien delimitada, con una na cortical, localizada entre las raíces de los dientes vitales y la cresta alveolar, con menos de 1cm. de diámetro y se encuentra más habitualmente en la región premolar inferior y en el maxilar, entre el canino y el incisivo lateral.

Histopatología: Presenta un revestimiento delgado de epitelio no queratinizado con una a tres células de espesor, con células clara que contienen glucógeno. Algunos quistes presentan engrosamientos o placas epiteliales focales que presentan rasgos celulares observados en los restos de Serres.
Tratamiento: El tratamiento de este quiste es la enucleación quirúrgica y su recidiva es rara.



  • Quiste gingival del adulto.

A pesar de tener una patogenia similar, esta rara lesión se clasifica separadamente del quiste periodontal lateral, debido a que su presentación clínica es diferente. Los quistes gingivales del adulto se localizan solo en los tejidos blandos de la encia por fuera del hueso y es derivada de residuos de la lámina dental (Restos de Serre)
Clínica: Se muestra como un nódulo pequeño en las encías, bien circunscrito, cubierto por mucosa normal, de un diametro que puede oscilar entre unos pocos milímetros y 1 cm.
Radiología: La mayoría de estos quistes están confinados a los tejidos blandos de la encía y, por tanto, no aparecen en las radiografías. A veces, originan una depresión o aplanamiento inducido por presión en el hueso alveolar subyacente que a veces es visible en la exploración radiológica.
Histopatología: En su mayoría, son lesiones de pequeño tamaño, que poseen un revestimiento epitelial similar al del quiste periodontal lateral. Este revestimiento está constituido por una delgada capa de células cuboideas o escamosas, con ocasionales células claras. Solo en ocasiones pueden ser poliquísticos.
Tratamiento: Este quiste se trata con escisión quirúrgica y una vez extirpado no tiene tendencia a recidiva.


  • Quiste de la lámina dental del recién nacido.
Quiste de la Lámina Dental del Recién Nacido llamado también quiste gingival del recién nacido o nódulos de Bohn o también perlas de Epstein, son pequeñas lesiones en el reborde alveolar de los recién nacidos que se forman a partir de residuos de la lámina dental. Aparecen como nódulos asintomáticos múltiples o únicos en la mucosa alveolar, de 1 a 3 mm de diámetro y color blanquecino. Estos quistes contienen queratina y remiten de forma espontánea en unos meses.
Histopatología: Este quiste se encuentra revestido por un epitelio plano delgado, de dos a tres capas de células de espesor, estratificado y queratinizado y contienen queratina compactada descamada. Es importante destacar la diferencia de edad en la que aparecen tanto el quiste gingival del adulto como el de la lámina dental del recién nacido a pesar de ambos derivar a partir de la lámina dental, probablemente la explicación radica en la posibilidad de que los dos quistes procedan de dos láminas dentales diferentes: la lámina dental primaria y la permanente.
Tratamiento: no se requiere tratamiento puesto que todos involucionan de manera espontánea o se rompen antes de los tres meses de edad.


Quistes de conductos vestigiales:


  • Quiste del conducto nasopalatino.

También llamado quiste del conducto incisivo, es un quiste intraóseo de desarrollo, situado en la línea media de la parte anterior del paladar, derivado de los islotes de epitelio remanentes después del cierre del conducto nasopalatino embrionario. Aunque la mayoría son lesiones intraóseas, un reducido porcentaje aparece en el extremo inferior del conducto incisivo, incluidos totalmente en el interior del tejido blando del paladar anterior, llamándose quistes de la papila incisiva.
Radiología: Se presenta como una imagen radiolúcida bien circunscrita, con una forma oval o de corazón, localizada en la línea media de la parte anterior del maxilar, entre las raíces de los incisivos centrales. Algunos de estos quistes son asintomáticos por tanto son descubiertos por la exploración radiológica dental de rutina; pero otros están in amados y causan dolor, presión y tumefacción.
Histopatología: Se encuentran revestidos por una capa de epitelio cilíndrico ciliado (respiratorio) cuboidal o plano estratificado, o por una mezcla de los dos. Cuando está inflamado presenta células plasmáticas y linfocitos. La capsula del quiste presenta también vasos sanguíneos y nervios periféricos.
Tratamiento: El tratamiento de este quiste consiste en una escisión quirúrgica, empleando un abordaje palatino; la recidiva de este quiste es rara.



  • Quiste nasolabial.

Llamado también quiste nasoalveolar o quiste de Klestadt, se ha considerado que este quiste se origina a partir de los tejidos blandos del vestíbulo anterior del maxilar, debajo del ala de la nariz y en la profundidad del surco nasolabial. Han existido varias teorías a cerca de su origen, pero la aceptada en la actualidad es la que estos se originan de los residuos de las porciones inferior y anterior del conducto nasolacrimal.
Clínica: Es una tumefacción indolora unilateral, o rara vez bilateral del tejido blando que produce un aplanamiento del surco nasolabial en la piel situada debajo del ala de la nariz. Normalmente estos quistes se presentan en personas de 40 a 50 años de edad y preferentemente en mujeres. Si se retrae adecuadamente el labio superior, este quiste puede verse también intraoralmente como una tumefacción que se situa en el vestibulo del maxilar superior. Este quiste se muestra como una hinchazón de las partes blandas del pliegue mucobucal del maxilar, justo frente al canino, o en el suelo de la nariz. Las molestias principales suelen ser la obstrucción nasal y una sensación de presión.
Radiología: Puesto que este quiste se presenta en el interior del tejido blando, su radiología no es clara a no ser que se inyecte medio de contraste en la luz del quiste para facilitar su observación. A veces se puede observar la reabsorción del hueso inducida por la presión de la parte anterior del maxilar.
El examen histopatológico es necesario para establecer el diagnóstico.

Histopatología: El quiste está revestido por una capa de epitelio cilíndrico pseudoestratificado, con número variable de células mucosas (caliciformes), o también por un epitelio cuboidal de tipo ductal. Con frecuencia se suele observar algún grado del plegamiento interno de revestimiento del quiste y del tejido conjuntivo asociado.
Tratamiento: Se trata con enucleación quirúrgica, siendo muy cuidadosos en producir una perforación o el colapso de la lesión.


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